Cantos de Sirenas.
Cuidado, españoles.
Andrés Izquierdo, 16 de junio
de 2014
Veo a un señor haciendo mucho
ruido en los medios españoles, llamado Pablo Iglesias, líder de un nuevo
partido político llamado PODEMOS. Veo a un respetable número de españoles
apoyándole. Vi a este señor Iglesias manifestando su simpatía con Hugo Chávez y
haciendo apología del modelo socialista bolivariano revolucionario siglo XXI y
yo no sé qué más. Leí a este señor Iglesias afirmando que debatir es una de sus
fortalezas. Vi a viejos y “experimentados” políticos españoles criticarle al
señor Iglesias su carácter pretensioso, su corta edad, su atrevimiento, su
colita en el pelo y no sé qué otras gilipolleces más. Veo a un señor Iglesias
con una increíble agilidad verbal, un pico-e-plata, pues! Oí, aturdido, a un
cuñado español muy inteligente diciéndome que no le preocupaba el señor
Iglesias, porque ya la UE (los alemanes) se encargarían de neutralizarlo. Veo
unos medios de comunicación encantados haciendo resonancia del mensaje del
señor Iglesias.
Pues bien, quiero decirle a mis
queridos hermanos españoles, que hace algunos años en Venezuela también tuvimos
nuestro señor Iglesias, quien con su discurso contestatario, atrevido,
pretencioso, altisonante y revolucionario, consiguió la simpatía electoral de
más de la mitad de los venezolanos. Muchos le subestimaron, lo llamaron
loco-e-carretera, insolente, mono-e-mierda, golpista, marginal, resentido,
cobarde, inculto, ignorante, chusma, etc… Se le dejó correr, se le dio espacios
en los medios de comunicación, se le financió la primera campaña electoral,
mucha gente de la clase media le creyó y le votó. Hoy se contrastan los videos
de cuando Chávez estaba en su primera campaña electoral, con lo que terminó haciendo
al final, y las contradicciones son sorprendentes. Unas cosas dijo, prometió y
propuso, y otras muy diferentes terminó haciendo. Hoy le digo a mis hermanos
españoles que después de más de 15 años de revolución chavista, Venezuela está
hecha un desastre, es una vergüenza de país (inseguridad, escasez, inflación, atraso,
división, etc…). No hay excusas, la revolución, medida por resultados, es por
mucho la peor tragedia económica, política y social que haya podido sucederle a
Venezuela, durante la mayor bonanza petrolera de los últimos 100 años. Esto que
les estoy diciendo, ya no tiene siquiera discusión. Hasta los chavistas lo han
reconocido, solo que, al mejor estilo castrista, culpan de ello a una supuesta
y negada guerra económica librada por la oposición y por el imperio
estadounidense. Hoy veo a centenares de venezolanos de la moribunda clase
media, arrepentidos y hasta avergonzados de haber votado alguna vez por Chávez.
Es fácil simpatizar con quienes critican las viejas políticas, pero eso no
significa, mis queridos españoles, que quien hace esa crítica esté pensando
realmente hacerlo mejor. Les ruego que no subestimen al señor Iglesias, esta
maldición que hoy se vive en Venezuela, no se la deseo a nadie!
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